TARTA RED VELVET
Ingredientes (para 14 raciones) :
Para el bizcocho:
- 300 g de
harina de trigo
- 2 huevos L
- 300 g de
azúcar
- 120 ml de
aceite de oliva suave
- 2
cucharaditas de extracto de vainilla
- 2 cucharadas
de cacao en polvo
- 250 ml de
leche
- 2
cucharaditas de zumo de limón
- 1
cucharadita de bicarbonato de sodio
- 2
cucharaditas de vinagre blanco
- 1
cucharadita de colorante en pasta rojo
Para el frosting:
- 360 g de
icing sugar
- 180 g de
mantequilla
- 180 g de
queso crema (tipo Philadelphia)
ELABORACIÓN:
Para hacer
el bizcocho empezamos añadiendo el limón a la leche para hacer una buttermilk
casera. La dejamos reposar durante 10 minutos mientras seguimos con la receta.
En un bol,
batimos los dos huevos un par de minutos hasta que espumen un poquito. Una vez
listos, añadimos el azúcar mientras seguimos batiendo. En un minuto tendremos el
azúcar integrado y la mezcla de un color más clarito. Añadimos el aceite de
oliva. Para darle sabor voy a utilizar extracto de vainilla. Con dos
cucharaditas tenemos suficiente para darle un toque avainillado a todo el
bizcocho. Batimos un poquito más para repartir el sabor por toda la masa.
Es el turno
de los ingredientes secos. Como siempre, utilizamos un colador para tamizar la
harina y el cacao. Voy a utilizar un cacao en polvo puro 100%. Es importante
utilizar cacao de buena calidad, ya que sólo vamos a añadirle 2 cucharadas. Si
le añadimos más cacao, la mezcla se teñirá demasiado de marrón y no podremos conseguir
ese color rojo intenso tan característico de la tarta Red Velvet.
Tamizamos los dos ingredientes a la vez. Una vez
tamizado, mezclamos todo con la batidora a velocidad mínima. No debemos batirlo
demasiado tiempo. Sólo lo justo hasta que tengamos una masa homogénea.
A estas
alturas ya tendremos lista la buttermilk. Lo podemos comprobar al ver que se
han formado unos grumitos en la leche. Añadimos la buttermilk a la mezcla
mientras batimos a velocidad bajita. La buttermilk nos ayudará a que el bizcocho
nos quede aún más jugoso. Recordad que no es bueno batir en exceso la mezcla
cuando ya hemos agregado la harina. Cuando la tengamos mezclada dejamos de
batir.
En esta
tarta utilizaremos bicarbonato de sodio. En lugar de añadirlo directamente a la
masa, lo mezclamos con el vinagre blanco para activar el bicarbonato. Así que
disolvemos el bicarbonato rápidamente, lo vertemos en seguida sobre la masa y
lo repartimos bien por toda la mezcla.
Para darle
color, utilizaré el colorante en pasta Red Extra de Sugarflair para conseguir
un rojo intenso. Si utilizáis colorantes líquidos debéis añadir más cantidad
para colorear vuestra masa. Pero aun así, no quedará con ese color rojo
aterciopelado tan bonito que se obtiene con el colorante en pasta.
Una vez
tenemos la masa lista la colocamos en el molde y lo llevamos al horno precalentado a 180ºC
durante 50/60 minutos. Es importante saber que las masas que llevan
bicarbonato, no deben reposar ya que con el transcurso del tiempo el
bicarbonato pierde propiedades. Lo ideal es tener el horno caliente para poner
los bizcochos lo antes posible.
Recién
salido del horno los dejamos reposar en una rejilla durante 10 minutos.
Para hacer
el frosting ponemos la mantequilla a temperatura ambiente en la batidora y con
la pala Ka, batimos a velocidad máxima durante 5 minutos. En este tiempo
conseguimos que la mantequilla quede más blanquita y esponjosa. Pasados los 5
minutos, con la ayuda de un colador, tamizamos el icing sugar. Este paso es muy
importante para evitar que se apelmace por la humedad. Cuando terminemos de
tamizarlo, ponemos de nuevo la pala Ka de la batidora y batimos a velocidad
bajita hasta que se integre un poco. Ahora, ya sin riesgo a crear una nube de
azúcar, subimos la velocidad al máximo. Dejamos que se bata durante 5 minutos
para que el azúcar se integre por completo con la mantequilla.
Pasado el
tiempo de batido, tendremos una crema más blanquita y aireada. Así que está
perfecta para el siguiente paso. Agregamos el queso crema y seguimos batiendo
durante 2 minutos más para integrarlo por completo en la mezcla.