Si si,
aunque no lo creáis es un bizcocho de calabacín, muy jugoso por cierto.
Una
compañera me regaló un calabacín enorme y huevos caseros y surgió la idea (esto
no puede salir mal),
Me puse
manos a la obra y seguro que repetiré porque es tierno y sabroso.
INGREDIENTES:
·250 gr. de calabacín
·3 huevos talla L
·130 gr. de azúcar
·200 gr. de harina todo uso
·100 gr. de aceite girasol u
oliva muy suave
·2 cucharaditas de levadura en
polvo
·2 cucharaditas colmadas de
cacao puro en polvo
·1 cucharadita de anís en
grano o en polvo
·1 cucharadita de canela
·Jengibre
·Ralladura de 1 limón
·1 pizca de sal
·Azúcar glass (azúcar
impalpable) para decorar
Ponemos los huevos y el
azúcar y batimos sobre los 5 minutos, para conseguir triplicar su volumen.
Mientras tanto, Engrasamos
con mantequilla o margarina un molde, tiene un diámetro de 20 cm. y una altura
de 6,5 cm. en el fondo colocamos un papel vegetal para un fácil desmoldado.
Una vez tenemos los huevos
con el volumen buscado, le añadimos el aceite de girasol, pero podéis utilizar uno
de oliva suave. El jengibre pelado y rallado y la ralladura de 1 limón, sólo la
parte amarilla, ya que la blanca amarga.
Continuamos con el anís en
grano, o en polvo, majaremos los granos
y añadimos. También le pondremos una cucharadita de canela en polvo y pimienta
negra recién molida.
Tamizamos la harina con el
cacao negro en polvo, la sal y la levadura. la añadimos a pocos mientras se va
mezclando.
Por último, rallamos el
calabacín bien limpio con la piel. Incorporamos, terminamos de mezclar y lo
llevamos al molde y al horno precalentado a 200ºC.
Tendremos el bizcocho en el horno a
180ºC, calor arriba y abajo durante unos 40 minutos, dependerá de cada horno,
comprobar introduciendo un cuchillo o palillo y si sale seco, ya está.
Dejamos enfriar sobre una
rejilla. Desmoldamos y como decoración azúcar glass (azúcar impalpable).